Era como un domingo al amanecer.
Como una cinta transportadora que se pierde en la distancia; que lleva a ningún sitio.
Era como una película barata.
Como un río roto que llora cascadas y piedras afiladas.
Y no hay ninguna rama que te salve de la caída.
Una moneda que cae para siempre, porque nadie la recoge del suelo.
Era todo.
Y era nada.
Porque a nadie le importaba.
Abrazos pegajosos *-*
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