jueves, 20 de octubre de 2016

Tras el cristal

Todo estaba ardiendo, y no sabía qué hacer, así que me senté ahí mismo a mirar.
Observé las llamas durante mucho rato. Una cosa curiosa, el fuego. Tiene ese atractivo irresistible de las cosas que te pueden destruir, como la muerte, como el mar.
Y esa manera de moverse...
Las llamas se lo comían todo, sin excepción. Ese es el tipo de cosas que hace el fuego.
Y yo seguía allí sentada, mirando cómo todo caía, calcinado.
Era una de esas ocasiones en las que lo apropiado parece ser simplemente observar, mientras das caladas lentas a un cigarrillo.
Yo no fumo, pero aún así, miré.
Supongo que esperaba que ocurriese algo -que una súbita tormenta apagase el incendio, que las llamas consumiesen todo y, finalmente, desapareciesen, dejando sólo un montón de brasas doradas. Pero no ocurrió.
Es lo que tiene la vida, que nunca pasa nada.

domingo, 16 de octubre de 2016

Me dijo que se perdía en el verde de mis ojos
Y yo sólo me pierdo en el azul del mar.