miércoles, 12 de junio de 2013

15:45

Estaciones llenas de miradas que no ven y palabras que no interesan.

Sigue sentada en el banco. Con el mismo café que ayer. Con el mismo traje que ayer. Las ojeras un poco más marcadas.

El periódico de hoy, un poco más desfasado que el de ayer.

La gente se cruza con ella, que a veces recoge los pies para que no tropiecen. A veces. Miran, pero no ven.

El tren de las 15:45 hace salir su periódico volando. Lo recoge, como cada día, dos andenes más atrás.

"¿A qué hora llega su tren?"

No; el suyo no llega.

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