viernes, 30 de septiembre de 2011

Hatter's game (3ª parte)

…Aquí. Trae tu mano. ¿No crees que son hermosas, nuestras manos bañadas en tu sangre? Aquí, en el pecho. Cada mañana, el dolor volvía. Como si me abriesen de parte a parte.
No, nunca llegó a curarse. Aún sigue aquí… ¿no lo notas? Es él quien guía mi mano.
Quizás aún pueda verse. Mira. Sólo hay que cortar, aquí, justo en el centro. No me mires así, es un corte de nada. Hay que llegar más adentro, mi dolor siempre supo esconderse bien…
Ahí, ¿lo ves? Latiendo, al ritmo de mi corazón. ¿Lo sientes?
Oh sí, míralo: de nuevo nuestra sangre se une. ¿No te resulta curioso? Vamos, no seas así. Ni que tu sentido del humor se alojase en ese riñón.

Mírala. La sangre de mis manos. Justo como la que cubre tu cuerpo…

La luz está cambiando. Se nos acaba el tiempo. Sí, una pena…
Ah, disculpa mi curiosidad; antes de que se acabe el juego, quiero ver algo…

De arriba abajo. Justo en el centro. Ojalá pudieses verla, resulta escalofriante.
¡Deja de gritar!
Sólo quiero mirarla… sentirla. Son tan pequeñas, las vértebras. Parecen tan frágiles… ¿Puedo?
Resultan más ásperas de lo que imaginaba, la verdad.

Supongo que ahora no será tan fácil hacer que te des la vuelta… Lo siento, pero es el último turno, el juego debe acabar. Pon algo de tu parte.

¡Por Dios, qué estropicio! ¡¿Es que ni siguiera puedes mantener toda esa casquería en el interior de tu cuerpo?! ¡¡¡Cállate de una vez!!!















***

La verdad, no me esperaba esto.
Que aún al aire, siga latiendo. Tan deprisa… Así que así es como suena la vida. ¿O es la muerte?
¿Cuánto durará así? ¿Podrá continuar para siempre?
Es fascinante.
Tic. Tac. Bum-bum. Tic. Tac. Bum-bum.

Sí, yo también te quiero.



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