Y aunque camines o corras, muy por delante de mí, al final siempre te giras.
Te detienes, te quedas mirándome con esa sonrisa que lo sabe todo.
Y que pide más.
Y tu sonrisa puedo olvidarla. Igual que puedo olvidar tus besos, tus abrazos.
Igual que olvidé tus ojos.
Y puedo dejar de seguir tus pasos. Alejarme tanto que tu figura se pierda en la distancia.
Pero a ti no. A ti no puedo dejarte, a ti no puedo olvidarte.
No puedo seguir mi propio camino si no veo el que me une a ti.
Te necesito.
Te odio.
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