jueves, 8 de septiembre de 2011

¿Cuánto más?

El agua la rodeaba. Fría, helada. Y el manto blanco sobre su cabeza, le nublaba la vista de todo lo que había más arriba.
Calculó que, para cuando consiguió encontrar una brecha en el hielo, ya estaba muerta.

Sus pies sobre la nieve. El frío clavándose en su piel desnuda como miles de puñales.
Y el aire de ventisca, que llegaba a ella desde los árboles, le susurraba recuerdos de derrota.

Todo estaba en su sitio, nada había cambiado. Pero todo carecía de importancia.


Sólo le rodeaba un blanco silencio.

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