sábado, 11 de septiembre de 2010

Y agosto se fue...

No necesito por ti el olvido. Nunca lo he buscado; nunca quise olvidar.
Aunque a veces el olvido venga a mí sin ser llamado.
No necesito el perdón. No hay nada que perdonar, ni quiero que me perdones.
Los errores fueron curados, con tiritas de tiempo y paciencia.
No necesito que se sequen las lágrimas.
No necesito que se compadezcan de mí. Quien lo hace es porque no te conoció, y no comprende que es a sí mismo a quien debe compadecer.
No voy a pedir tenerte a mi lado; tener tus abrazos, tu olor.
Sólo quiero que me digas qué es lo que he de hacer...
para que cada año, cuando agosto termina y las hojas bañan el horizonte de dorado...
...cuando vea tu nombre grabado sobre la piedra
el dolor no me haga volver a caer.

Sé que en algún sitio, un zorro escondió la esperanza.
Aunque tú ya no estés aquí, yo sigo buscando entre aguas verdes y mariposas.
Se que algún día, volveré a escuchar esa risa con color a tabaco y hierba mojada.

Para ti.
Donde estés.
Te echo de menos...


Hasta pronto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario