lunes, 12 de julio de 2010

Labyrinth

Todo estaba oscuro.
Daba igual hacia donde mirase, hacia dónde avanzase.
Miles de caminos se abrian ante sus ojos, sin señal alguna, sin una luz que le indicase hacia dónde ir, que le permitiese al menos ver.
Quería salir de allí, pero era imposible encontrar la salida.
A veces caminaba mucho tiempo sin encontrar otro camino. Daba igual, al final siempre llegaba a un corredor, completamente igual y completamente diferente a todos los anteriores. A veces demasiado largo, y pensaba que no sería capaz de llegar al final. A veces demasiado corto, tanto que no tenía tiempo de pensar a donde se dirigiría después.
A veces las paredes del laberinto se estrechaban y no le dejaban respirar. Otras veces, se alejaban vertiginosamente hasta que dejaba de verlas.
Nunca supo cómo había llegado allí.
Pasó mucho tiempo hasta que supo donde estaba.
Murió en el laberinto. Nunca pudo vislumbrar la salida.
No había ninguna salida.


Abrazos que saben a goles~

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