jueves, 15 de julio de 2010

Insomnio, S.A.

Me levanté en medio de la noche, nerviosa y empapada en sudor.

Hacía tanto que no sufría pesadillas que había olvidado aquella horrible sensación. Me abracé al áspero almohadón como si viese en ello alguna forma de calmar mi temor, y cerré los ojos apretando mis mandíbulas con fuerza, para no dejar escapar ni un sólo sonido, hasta que no pude más…

Odiaba aquellas noches, en las que las pesadillas me asaltaban, y no había nadie para abrazarme y decirme que sólo había sido un susto, alguien a quien contarle todas aquellas cosas que parecían tan banales, pero que me aterrorizaban, aunque me costase reconocerlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario