lunes, 12 de octubre de 2015

Homecoming

Lo peor, es el principio.
Cuando te das cuenta de que ha llegado, de que la tienes encima. Y es demasiado tarde para luchar contra ella.

Da igual cómo sea.
A veces aparece de pronto, sin previo aviso. Un día cualquiera, cuando casi te habías olvidado de ella... De golpe, no puedes dar un paso más. Hace un minuto estabas riéndote hasta llorar, comiendo con alguien, sonriendo, hablando de mil cosas sin importancia. Y sin saber por qué, el suelo desparece ante ti justo cuando estás a punto de dar el siguiente paso. Vacío. "Me tengo que ir a casa, se me ha olvidado algo, mañana hablamos". Pero sabes que mañana no hablaréis. 

Pero otras veces... otras veces se acerca despacio, te va envolviéndote, abrazándote. Puede tardar horas o incluso días, y lo peor es que ves cómo te engulle. Notas su tacto pegajoso en la piel, en la garganta. Y ya no tienes hambre, ya no tienes ganas, mejor te vas a la cama... Sabes qué es, pero es mejor no pensar en ello. Hasta que notas sus pringosas manos agarrándose a tu tráquea. Y ya no tienes que inventarte algo que te has dejado en casa porque, a quién pretendes engañar, ya no sales de casa.

Había pasado tanto tiempo que pensé que habías olvidado mi dirección, pero después de todo, aquí estás. 

Siéntete como en tu casa. 
Bienvenida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario