viernes, 22 de noviembre de 2013

Nota mental.

Porque quién iba a pensar que el deseo era del color verde del cielo; 
que se escondía por las noches entre tus mantas,
por el día, en la curva de tu cintura.


Guárdate de los fantasmas que creen en el amor,
que te susurran y te atan las manos con mentiras a la espalda.
Aquí ya nadie es de verdad; y míranos, varaditas en este agujero.
Intentando seguir sin dejar de mirar nuestras propias pisadas.

No vuelvas a acercarte a un mago,
que son sólo ilusionistas a los que la profesión les viene ancha.
Quédate conmigo en el pozo, encerradas,
pero con las manos libres para fabricarnos las alas.

Que lo que yo quiero es que el cielo se nos quede pequeño
que los sueños no nos aten en corto.

No pueden esconder el mar,
no hay muros lo bastante altos.

Nadie ahí fuera merece ver este color.
Guárdalo y que sea sólo nuestro,
que sea lo que veamos cuando nos quedemos ciegas,
cuando nos acerquemos demasiado al sol.

Vamos a mandarlos a la mierda,
ya no bailaremos sus aguas,
no encenderemos su fuego ni daremos el viento para sus velas.

Que para saber que te quiero no necesito perderte.
Prefiero morir aquí contigo,
encerradas en el pozo,
soñando juntas que volamos por encima del cielo.

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