domingo, 16 de enero de 2011

Es una cuestión de saber elegir

Y pese a todo, saliste de allí.

Las montañas de escombros temblaron sobre tu cuerpo.
Muerta. Muerta y bien enterrada. Eso nos habían dicho.
Era una chica fuerte. Y ellos no sabían cuánto. Pero no pudo resistirlo; nadie habría podido.
Mentiras, todo mentiras. En realidad, eso era lo único que nos habían dicho: mentiras.

Mentiras vestidas de colores y engalanadas con lazos brillantes.

Pero las mentiras tambien cayeron cuando te alzaste de nuevo.
Tu figura oscura destrozaba el entorno. Toda esa destrucción...
Eras un punto brillante, cegador. Del mismo color de la noche.

Estabas allí, tan guapa como nunca. De pie. Junto al Sol.
Mirando de cara a las estrellas.

Ahora entiendo por qué te ardieron los ojos.

Mirando de cara a las estrellas, pidiéndoles más.
¿Era esa toda su fuerza?
Jamás podrían derrotarte.

...Eso pensaste, ¿verdad?

No hay comentarios:

Publicar un comentario